De niña me hicieron creer en los príncipes
así como si de engañar fuéramos tan simples.
Al hacerme grande no encontré ningún príncipe que viniera a
salvarme, a amarme ni a respetarme.
Tan sólo encontré hombres como tú que tan sólo quieren follarme.
¿Y qué sabrás tú? Si nunca te dijeron tu color es el rosa, calladita te ves más hermosa,
tienes que aprender a cocinar, planchar, lavar y a tu marido esperar.
No naciste mujer y no entenderás que el feminismo no es ningún abismo, porque no es lo mismo verlo que vivirlo.
Pero feministas como de las de antes, con mentes brillantes y que quieren a los hombres como ayudantes.
(Irene González Pasadas)
