sábado, 14 de diciembre de 2019

Sigo Viva...

Pues de lo único de lo que estoy segura es de que me voy a morir algún día.
De que me gusta tomar una cerveza en una terraza en Granada.
De que me encanta conectar con alguien a quien le gusta conectar conmigo.
De que aún a día de hoy con todos los daños acumulados sigo queriendo querer, y sigo queriendo que me quieran.
Y aceptando a quien no lo hace.
De que ya no necesito tener a nadie que ilumine el camino que aún a veces a ciegas y a gatas recorro.
De que me enamora poder ser algo libre, dentro de la cárcel en la que todos vivimos, y darme cuenta de....
De que joder, aún sigo viva.
(Paula Marin, Psicóloga).

Un día lloré...

Un día lloré, lloré tanto porque me sentí insuficiente para alguien, porque me preguntaba que había hecho mal, que estaba tan mal en mí, por qué se fue de mi lado tan fácil, como si nada hubiera importado.
Pensaba que tal vez no era tan bonita, que tal vez a mi cuerpo le faltaba algo, que igual y me faltó esforzarme más, demostrar más, dar más de mí, pero no.

A mí no me hizo falta nada, hoy que me veo al espejo me veo más guapa, estoy más enamorada, pero de mí, me he dado cuenta que no me hace falta alguien a mi lado para ser feliz, que nunca me faltó dar más, ni ser más bonita, tampoco me faltaban mejores piernas ni mejor cadera.
Sólo comprendí que nada es suficiente para alguien que no sabe lo que quiere, qué el problema no fue mío, que ahí no era mi lugar.
Comprendí que la vida no me negó nada aunque en su momento yo me lo preguntaba y lloraba.
La vida fue buena conmigo y me movió de ahí, porque no era el tiempo, el lugar, ni el amor para mí.