sábado, 14 de diciembre de 2019

Sigo Viva...

Pues de lo único de lo que estoy segura es de que me voy a morir algún día.
De que me gusta tomar una cerveza en una terraza en Granada.
De que me encanta conectar con alguien a quien le gusta conectar conmigo.
De que aún a día de hoy con todos los daños acumulados sigo queriendo querer, y sigo queriendo que me quieran.
Y aceptando a quien no lo hace.
De que ya no necesito tener a nadie que ilumine el camino que aún a veces a ciegas y a gatas recorro.
De que me enamora poder ser algo libre, dentro de la cárcel en la que todos vivimos, y darme cuenta de....
De que joder, aún sigo viva.
(Paula Marin, Psicóloga).

Un día lloré...

Un día lloré, lloré tanto porque me sentí insuficiente para alguien, porque me preguntaba que había hecho mal, que estaba tan mal en mí, por qué se fue de mi lado tan fácil, como si nada hubiera importado.
Pensaba que tal vez no era tan bonita, que tal vez a mi cuerpo le faltaba algo, que igual y me faltó esforzarme más, demostrar más, dar más de mí, pero no.

A mí no me hizo falta nada, hoy que me veo al espejo me veo más guapa, estoy más enamorada, pero de mí, me he dado cuenta que no me hace falta alguien a mi lado para ser feliz, que nunca me faltó dar más, ni ser más bonita, tampoco me faltaban mejores piernas ni mejor cadera.
Sólo comprendí que nada es suficiente para alguien que no sabe lo que quiere, qué el problema no fue mío, que ahí no era mi lugar.
Comprendí que la vida no me negó nada aunque en su momento yo me lo preguntaba y lloraba.
La vida fue buena conmigo y me movió de ahí, porque no era el tiempo, el lugar, ni el amor para mí.



martes, 15 de octubre de 2019

Mamá ¿qué es un psicólogo?

Mamá ¿qué es un psicólogo?
Un psicólogo es alguien tan perdido como tú en la vida. Sólo que tiene una linterna y un mapa, además de valentía para acompañarte. Un psicólogo tiene que soportar que la gente hable de Psicología, sin tener la menor idea al respecto. Es de las profesiones más mitificadas del mundo, casi nadie ha leído el “Código de Ética del Psicólogo” pero casi todo el mundo habla de lo que debería ser o no hacer un psicólogo.
Un psicólogo es una persona normal, fuma, bebe, baila, ama, tiene sexo, igual que todos. Como en todas las profesiones, hay apáticos, drogadictos, arrogantes, corruptos, faltos de ética, entre otras actitudes nefastas, pero también hay psicólogos excepcionales, inquietos por naturaleza, con personalidades exquisitas. Tal cual, como ser humano, nada le es ajeno y en lo humano, la perfección no existe.
Sobre el psicólogo pesa el miedo de la sociedad. Todo el mundo sabe que el psicólogo ve lo que nadie ve, eso da temor. Un psicólogo generalmente dice lo que no deseas escuchar. Esa es una labor titánica y siempre mal retribuida emocionalmente. Dentro de esta sociedad el psicólogo es siempre un último recurso, antes se consulta: el chamán, el sacerdote, el médico, el pastor, el brujo… Cuando en realidad debería ser el primero. Un psicólogo no sabe la verdad de la vida, no tiene fórmulas exactas no es químico, tampoco es adivino, menos telépata. El psicólogo es científico. Aunque no siempre tiene razón, pero siempre busca la verdad y la razón. Es un explorador, un investigador por convicción.
La diferencia entre una persona que estudia Psicología y la que no, radica en su relación con su sombra, un psicólogo juega con su sombra. Un psicólogo es su propio instrumento de trabajo. Un psicólogo nunca lo sabrá todo, pero puedes jurar que nunca dejara de buscar saberlo todo.
Compartido por Miguel Rizaldos (Psicólogo)

viernes, 4 de octubre de 2019

Las relaciones tóxicas.

Las relaciones tóxicas pueden ser adictivas (además de peligrosas).
Una de las causas de tal adicción (además de factores de personalidad como el estilo de apego, otros rasgos de carácter y factores psicodinámicos como los mecanismos de defensa que cada persona emplea, etc.) es el refuerzo intermitente.
En una relación tóxica no todo es malo, como hay buenos momentos la persona se engancha a esto, del mismo modo que otras se enganchan al bingo o las tragaperras (se gastan dinero sí pero a veces toca premio). Este refuerzo positivo intermitente (de vez en cuando pasan cosas buenas) es muy adictivo, neurobiológicamente activa la vía de la dopamina y el circuito de recompensa, además, crea en la persona la ilusión de que la relación cambiará, del mismo modo que el ludópata cree que terminará ganando.
El refuerzo intermitente no actúa aislado, actúa en sinergia con factores de personalidad y psicodinámicos, dando en muchos casos como resultado que la persona tropieza siempre con la misma piedra.

(Psicólogo Fran Moreno).

 

domingo, 21 de abril de 2019

No solo duelen los golpes.

Si dos corazones están cerca el lenguaje que ocupan son susurros pero si dos corazones están lejos tienen que gritarse porque ya no están escuchándose. El amor cuando es de verdad no duele...                                 


miércoles, 17 de abril de 2019

Maltrato Psicológico


Los insultos, desprecios y manipulaciones duelen tanto o más que unos golpes pero es lo que te mereces por escribirle, por responderle, porque eres “muy celosa”, porque “agobias”, porque solo dices “gilipoyeces”, porque “estas mal de la cabeza”… 


Mientras intenta aislarte de tus amigos y conocidos tú piensas “es porque estoy pasando una mala época y me afecta todo más”, “no debería haberle dicho eso”, “es mi culpa”, “es que soy idiota”, “nunca me irá bien con nadie”… Todo es invisible a los ojos de los demás pero son  tus ojos los que permanecen abiertos de par en par cada noche y sabes que nadie te creería: “no es para tanto”, “eres muy exagerada”, “te comes mucho la cabeza”, “tu pasa”, “es que quieres que nos peleemos todos con él”… Los únicos testigos son silenciosos se llaman Ansiedad y Depresión y te visitaran con frecuencia. Ni se te ocurra defenderte porque se unirán las amenazas. Sentirás rabia, cefaleas… pero también la incapacidad de llorar.


Muchas veces leíste lo de “No estás sola” pero siento comunicarte que te sentirás inmensamente sola e incomprendida. 


Él continuará su camino como si nada hubiera pasado como ese hombre seguro de sí mismo y caballeroso que conociste los primeros días, tan solo tú eres la mala y culpable de esta historia…, y tras su paso breve pero  devastador  por tu vida: ¿qué queda de ti?...

(Irene González Pasadas, Psicóloga y Pedagoga).