Las relaciones tóxicas pueden ser adictivas (además de peligrosas).
Una de las causas de tal adicción (además de factores de personalidad como el estilo de apego,
otros rasgos de carácter y factores psicodinámicos como los mecanismos
de defensa que cada persona emplea, etc.) es el refuerzo intermitente.
En una relación tóxica no todo es malo, como hay buenos momentos la
persona se engancha a esto, del mismo modo que otras se enganchan al
bingo o las tragaperras (se gastan dinero sí pero a veces toca premio).
Este refuerzo positivo intermitente (de vez en cuando pasan cosas
buenas) es muy adictivo, neurobiológicamente activa la vía de la
dopamina y el circuito de recompensa, además, crea en la persona la
ilusión de que la relación cambiará, del mismo modo que el ludópata cree
que terminará ganando.
El refuerzo intermitente no actúa
aislado, actúa en sinergia con factores de personalidad y
psicodinámicos, dando en muchos casos como resultado que la persona
tropieza siempre con la misma piedra.
(Psicólogo Fran Moreno).
Hola, Irismas! Soy Estíbaliz. He descubierto tu blog y me encanta. Me quedo por aquí y te voy a enlazar al mio para no perder tu referencia. Enhorabuena por esta bitácora! Besitos.
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