sábado, 19 de septiembre de 2020

El Perdón

 

Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías.
Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello,
pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.
El perdón es una expresión de amor.
El perdón libera de ataduras que amargan el alma y enferman el cuerpo.
Muchos de nuestros intentos de perdón fracasan pues confundimos esencialmente lo que es perdonar y nos resistimos ante la posibilidad de empequeñecer los eventos ocurridos u olvidarlos.
El perdón no es olvido, no es olvidar lo que nos ocurrió.
No significa excusar o justificar un determinado evento o mal comportamiento.
No es aceptar lo ocurrido con resignación.
No es negar el dolor.
No es minimizar los eventos ocurridos.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.
Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
Creemos erradamente que el perdón debe de conducirnos inexorablemente a la reconciliación con el agresor.
Pensamos que perdonar es hacernos íntimos amigos de nuestro agresor y por tal motivo lo rechazamos.
No implica eso para nada, el perdón es UNICAMENTE PARA TI y para nadie más.
No hay que esperar que la persona que nos agredió cambie o modifique su conducta pues lo más probables es que ésta persona no cambie y es más, a veces se ponen hasta peor.
El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento.
Te tiene encadenado.
El perdón se debe de realizar "sin expectativas" sin esperar que nada suceda.
Si esperamos que el agresor acepte su error, estaremos esperando en vano y gastando nuestro tiempo y nuestras energías en una disculpa que jamás llegará.
Si estamos esperando esta reacción, luego de haber perdonado, pues realmente no perdonamos de corazón pues seguimos esperando una retribución, un resarcimiento.
Seguimos anclados en el problema, en el ayer, queriendo que nos paguen por nuestro dolor.
Entonces no hemos perdonado, y quien tiene el control de nuestra vida es el EGO.
EGO que quiere a toda costa castigar o cobrar al agresor.
No existe nada ni nadie que pueda resarcir el dolor ocasionado en el pasado, el pasado no tiene cómo ser cambiado.
Ningún tipo de venganza o retribución podrá subsanar los momentos de tristeza y desolación que vivimos, lo mal que nos sentimos.
Al esperar una disculpa, que se acepte el error; nada de eso cambiarán los hechos, lo ocurrido en el pasado, sólo estaremos queriendo alimentar nuestro ego, nuestra sed de justicia mal enfocada.
La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.
El perdón es una declaración que podemos y debemos renovar a diario.
Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
Perdonando desde nuestro corazón, logramos mirar los hechos tal y como sucedieron y luego decidimos dejarlos ir, dejarlos en el ayer.
Aceptamos que somos APRENDICES!
Que la lección ya se encuentra aprendida y que hemos logrado vencer las circunstancias negativas que nos tocaron vivir.
Perdona para que puedas ser perdonado.
Recuerda que con la vara que mides, serás medido...
 
PAULO COEHLO
 

 

lunes, 14 de septiembre de 2020

Yo si sé lo que no quiero

Y no falta hace que lo entienda.

Quien se quiere ir, que se pire.

Quién no se quiere ir pero sigue estando y volviendo una vez tras otra para tocar los cojones cuando mejor estás, que se pire y si no, échalo.

Porque dejar ir a quien ya está más fuera que dentro, es un acto de amor propio, aunque nos cueste muchísimo soltar esa mano que en algún momento creímos que nos daba calor.

Las cosas se acaban, por mucho que duela.

Sostenerlas para que no se rompan mientras oyes cómo se van resquebrajando, hace más daño que dejar que caigan en el suelo y vuelen por los aires.

No somos las sobras emocionales de nadie ni muñecos ni muñecas a los que zarandear psicológicamente a disposición del estado de ánimo ajeno

Qué no sabes lo que quieres? Yo sí sé lo que no quiero.  

(Paula Marín Psicóloga).


 

viernes, 11 de septiembre de 2020

No puedes ser el perdedor, si eres quién menos recibe

No puedes ser el perdedor, si eres quién menos recibe. 

Quizás no entiendas cómo alguien que apenas recibe nada, va a tener miedo de perder a alguien.

1️. Si su amor te hace daño, mejor quiérete solo/a.

No necesitas que te nadie que te "quiera" te ponga los cuernos, te humille, te haga sentir inferior, te maltrate psicológicamente, sea celoso/a compulsivo y un largo etcétera. No lo necesitas.

2️. ESTAR SÓLO NO ES MALO.

Malo es estar con alguien que te hace dudar de tí.

3️. Él o Ella no entiende mejor que nadie lo que te pasa es qué con nadie te abres como con esa persona.

4️. Pregúntate ¿Que me aporta él /ella que no puedan aportarme otras/os?

Pon en balanza ⚖️ las cosas positivas y las cosas negativas y evalúa si realmente las positivas son tan buenas como para aguantar las negativas y si estas primeras no te las podría aportar otra persona sin necesidad de aguantar las malas.

5️. Seas quien seas no te vas a quedar sólo/a hay más gente que les gustaría conocerte y probablemente ni lo sepas.

🎙️Por último no os hagáis dependiente de nada poneros por encima de TODO porque nadie más te va a proteger tanto como tu mismo puedes hacer.

Poner límites y haceros respetar.

(Texto de @unestadodeanimo)