Nos creamos un espejismo pensando en que va a suceder, nos encanta que
nos escriba algún mensaje, aunque sea cada cuatro días. «Estará muy
ocupado. Lo importante es que se acuerda de mí», se suele pensar. Esto
nos lo decimos con amargura para tratar de justificar nuestro propio
comportamiento, ya que en el fondo, en la forma y en la superficie
sabemos que no es así, que el amor sano encuentra sus caminos, que es
entrega, que es compartir tu tiempo desde la libertad de elección, pero
lo cierto es que nos conformamos con nuestra propia
explicación... Es como un calmante que nos ayuda a sobrellevar la
situación.
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